Socorro, de 43 años, no tiene brazos, y Giulia, de 8 años, es tetrapléjica. Pero navegan por Internet y manejan un ordenador gracias al peculiar 'ratón' desarrollado en Manaus, en la selva amazónica de Brasil: cinco sensores que se colocan en la cabeza y captan los movimientos del globo ocular.
Luego, los transmiten al ordenador a traves de un pequeño módem. El 'enter' es ordenado a través de un parpadeo. A Giulia Terasawa, tetrapléjica a causa de una parálisis cerebral, la creación de la Fundación Feitoza le dio la oportunidad de alfabetizarse e interactuar socialmente.
"Es fantástico, nunca imaginé que pudiera trabajar en un computador", dijo, a su vez a la AFP, Socorro Pinheira Ferreiro, natural de Manaus, que nació sin brazos, y encontró en el mouse ocular una forma de conectarse con el mundo y abrirse mejores perspectivas laborales.
"No existe en el mundo nada similar, ni nada como el mouse ocular", proclamó Accir de Soares, gerente de negocios de la Fundación Paulo Feitoza, responsable por la invención, desarrollo y patente del producto. El creador fue el profesor Manoel Cardoso, de la Universidad Federal de Amazonas, que trabajó apoyado por investigadores de la Fundación Feitoza.
El mouse ocular está pronto para ser producido en serie, ya pasó por todos los controles de las autoridades brasileñas, y sólo resta el permiso de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria). El Gobierno, según De Soares, se propone distribuirlo gratuitamente a quien lo necesite a través del sistema público de salud.
El costo de producción de cada mouse será de menos de 100 dólares, y la Fundación Feitoza firmó un convenio con una fábrica brasileña para su producción en serie. La fundación se dedica a la investigación y desarrollo de productos de accesibilidad y comunicación para personas con deficiencia, con proyectos en software, hardware y biotecnología.
Tiene en fase de desarrollo el ROCC, un mouse sin hilos para manejar el computador con movimientos de la cabeza, y el NDCP, guante para que los mudos puedan, por ejemplo, hablar por teléfono, porque transforma su lenguaje manual en palabras escritas, y eventualmente pronunciadas por el computador.
El desarrollo del ratón ocular llevó cinco años y costó seis millones de reales (unos 3,3 millones de dólares), financiados por empresas de la Zona Franca de Manaus, capital del Estado de Amazonas. El mouse ocular "permitirá alfabetizar a personas que ni soñaban que eso fuese posible", comentó Flavia Grosso, superintendente de la Zona Franca.
Como Socorro y Giulia, existen cuatro millones más de brasileños con deficiencias físicas que podrían beneficiarse del dispositivo. La propia Socorro, que ahora trabaja en la Fundación, contribuyó a desarrollo del teclado virtual que aparece en la pantalla, con una distribución diferente de letras y signos, adaptada al comando ocular.