Las fiestas no vinieron solas. A parte de Papa Noel, los regalos, los arbolitos, los renos, los dulces, las luces, el espíritu, el niño Jesus y todo lo lindo que envuelve a estas festividades que ya han concluido, para mi y para muchos compañeros, vinieron con mucho pero mucho pero mucho trabajo en Carrefour. Una semana para el olvido realmente.
Para empezar, ya no estoy trabajando 6 horas como lo venia haciendo durante todo el año. Ahora el mínimo son ocho horas y con muchas posibilidades que se extiendan hasta las 10 o 12 horas diarias. Esperemos que la promesa de nuestros jefes que esas horas se verán reflejadas en el sueldo sea realidad o por lo menos que nos la devuelvan. Casi 4 días me deben y sigo sumando. Ademas nos han suspendió los francos por esa semana por la enorme cantidad de gente que hay. Sumemosle la visita del presidente de la Compañía que realiza una minuciosa inspección de absolutamente todo. Durante una semana he perdido la noción del tiempo porque solo trabajo y no hago nada mas que eso. La mañana se extingue porque duermo hasta tarde del cansancio.
Esperemos que ya haya pasado lo peor de las fiestas porque no ya no doy más. Me vino muy bien el franco del 25 porque estaba muy cansado. Todo el dia tirado en la cama con la notebook, leyendo blogs, chateando, jugando, mirando series y mirando películas. Después corte un poquito y salí al sol para leer algo de Rice. Ahora estoy un poco mejor y espero con ansias el franco del miércoles 31 para viajar a Buenos Aires y ver a mi papa que extraño mucho a pesar de que hablamos todos los dias.
