Cuando las mentiras superaron a las verdades,
cuando los desencuentros a los encuentros,
cuando lo bueno dejo de tapar a lo malo,
cuando las conjeturas a los hechos,
cuando los perdones a los te amo,
cuando los silencios a las charlas,
cuando los sueños a la realidad,
cuando las idas a las vueltas,
ahí se termino todo,
ni antes,
ni dps.
Ahora si. El jueves 7 de mayo de 2009 mi relación con Noelia ha llegado a su fin. Después de cuatro meses y 7 días de relación con más idas que vueltas puedo decir que no habrá más "Me veras volver". De ambos lados. Para mi es una doble lastima porque yo si estaba enamorado y porque la decisión la tuve que tomar yo. Despedazando años de soñar una chica, una relación y guardando en el fondo de mi corazón tantos recuerdos, tantas anécdotas, tantas personas, tantas experiencias, tantas cosas compartidas.
He aprendido, en este primer noviazgo serio, muchas cosas sobre mi que no sabia, sobre mujeres, sobre relaciones, sobre el amor y sobre la vida. Puedo decir que el amor no es incondicional. Salvo los casos que sea amor a primera vista y que luego de años y años sin ver a esa persona se la siga pensando y soñando. El amor es condicional a las acciones del otro. Imposible funcionar sin retroalimentación por más bueno que sea, por más "especie en exitincion" que me considere yo o me consideren los de afuera. He cometido miles de miles de errores, quizás hubiera cometido millones si la puerta era más grande pero si la capacidad de perdonar, de comprender, de entender se pierde, no hay relación que valga la pena continuar. Soy un novato todavía. Tengo 20 años. Tan solo esta novia que paso en mi prontuario. No fui el mejor novio, el mejor amigo, el mejor amante, el mejor hombro o el mejor oído. No fui nada. Pero si ha cada error, si ha cada caída la tomamos como un infierno, nos silenciamos durante días y nos vamos no habrá parches que recuperen la relación, la confianza.
No puedo decir que fue una mala relación porque si así lo era debí irme antes. Tampoco puedo decir que fue buena porque si así lo era, ¿porque estoy escribiendo esto?. Me ha quedado un sabor agridulce más por el final que realmente me ha dolido en el alma. Por lo que sentí yo y lo que escribió ella. Lo único que deje de hacer es mandar mensajes. Hace muchos días que no nos veíamos así que la separación física no hubo. No hubo dolor. La separación emocional me ha costado horrores ¿superarla?. Lagrimas, pena, lastima, nostalgia, recuerdos, flashbacks, amargura, impotencia. Algo raro porque fui esta vez yo el detonante. A mi si me importaba ella. A mi si me deslumbraba día a día. A mi si me volaba la cabeza. A mi me cambiaba el día estar o no con ella. Otra cosa que aprendí. Los sentimientos deben ser bilaterales. Los sueños, las esperanzas depositadas en una relación deben coincidir con la realidad y cuando no lo hace es ahí cuando duele.
Pero bueno. Aquí estamos. Esta resurgiendo el Gonzalo de diciembre de 2008, ese solitario lobo soñador con un blog, una notebook y un iPhone como fríos acompañantes tanto de día como de noche. Nuevamente quedare estancado en ese aspecto de mi vida pero con el ¿consuelo? de que los otros avancen.
Mi amor por vos seguirá, por más que me duela, en mi corazón, en el alma y en mi cuerpo,
por más que me hayas lastimado,
por más que yo te haya lastimado,
por más que seamos cada segundo más diferentes.
Quedara en los post que publique y te dedique,
en los post que te dedique y no publique,
eternamente borradores quedaran ahí,
quedara en los centenares de mensajes enviados y
en los miles que me reserve,
quedara en las cartas que no te mande,
registrando cada pensamiento, cada sueño, cada día
que te involucraba.
Siempre pero siempre, por más que me duela, estarás.
Estarás en cada pasillo de Carrefour,
en cada pelirroja que me cruce en la calle,
en cada episodio de House,
en cada te de manzanilla,
en cada micro de "El Rápido",
en cada pulsera azul y
remera blanca guardada en el ultimo cajón de mi placard.
Estarás por más que yo no este en vos.
Por más que no te importe.
Por más que te de todo lo mismo.
Y así se termino todo. Con un dolor en el pecho que no existen palabras para describirlo. Igual que el amor que te tuve. Tengo más para decir, más para recordar, más para reflexionar pero si sigo escribiendo temo ir a tocar tu puerta pidiéndote que vuelvas a pesar de que yo me fui.
Una sola recriminación: debiste entenderme, comprenderme. Debiste verme como soy. Un muchacho simple. Las cosas malas, las que te lastimaron, las que te silenciaron, las que hicieron que te fueras sea por un día o unas semanas o un mes no las hice porque las sentía hacer, nada más equivocado de la realidad. Nunca pensé en hacerte ni un solo miligramo de dolor (si es que se pudiera medir). Me has tratado como alguien más, una continuidad de algo que paso y no como algo nuevo. Pura "prueba y error" como solemos llamar los programadores a los test de nuestros productos. Soy ingenuo, simple y bueno. Y cuando las cosas se complican y me cambian mi esencia, mis hábitos y mi espontaneidad para decir o hacer cosas, ahí la cosa se pone feita.
Me quedo con un solo recuerdo tuyo. El resto bajo siete llaves de las cuales ocho están bajo el mar. Mi recuerdo es verte bajándote del remis en una ciudad nueva para mi y atestada de gente con una V azulada en el pecho después de horas de viaje sin poder cerrar los ojos por la ansiedad de verte, de besarte, de tocarte, de que mis sueños se hagan realidad, de que el tren de la felicidad empezar el camino que llego a su ultima estación sin pasajeros y sin combustible para continuar. Después de horas bajo del Sol implacable buscando el único cajero automático en kilómetros a la redonda. Comiendo un pebete de jamón y queso con una Fanta y un ramo de claveles rojos como compania hasta que llegaras. Me quedo con ese recuerdo porque fue ingenuo, espontaneo, 100% feliz, 100% verdadero. Como yo solía decir, "los martes voy al Cielo con margaritas". Ya no tengo más franco los martes, ya no hay Cielo sino Infierno y las margaritas están detrás de tu puerta luego de esperar durante horas para que las recibas.
Como cambian las cosas.
Y si otra vez me escapo por la tangente, si me dejo llevar nuevamente por la belleza, inteligencia o forma de ser de una chica, si corro desesperado bajo sus faldas por favor mandenme este post. Lo haré seguramente. Por así soy yo. Y esta es mi visión del amor. Algo perfecto, incorruptible, un todo, algo que deba durar para siempre. Algo que por momentos tuve, algo que por momentos deje ir, algo que por momentos creí recuperar, algo que ahora no tengo y me cueste tener nuevamente. Porque yo si te ame verdaderamente. No como ese amor que profesas después de semejante vomitada. Vomitada que no repetiré tan solo para protegerte. Para no quedar como el bueno de la película que supimos ver en un cine con ventiladores como "aire acondicionado". No fui el bueno pero tampoco el malo. Fui Gonzalo. No otro.
Hasta llego el Gonzalo romántico, el enamorado de la vida, el que se preocupa por todos y todo por más que no lo merezcan, el que deja de hacer cosas por una persona que no devuelve nada de lo recibido, el que viaja aun cansado, el florista, el cocinero, el amante, el amigo, el compañero de viaje y de vida, el defensor de lo indefendible, el caballero, el príncipe, el rey. Quedaran en un cajón con la llave adentro hasta que aparezca alguien (nuevamente) con la suficiente magia para abrirlo.
Gracias a las personas que estuvieron desde el principio, a las que se sumaron en el medio, a las que me apoyaron durante la Crisis, a las que no escuche a pesar de que tenían razón, a las que descubrí con pensamientos y experiencias idénticas a mi y pensé nunca acercarme a esas personas. Inclusive a vos. Si.
Gracias totales...Tuviste razón siempre, ¿porque no te escuche?
Porque la ame demasiado.
Quizás como ninguna,
del pasado y ¿futuro?
"Lastima que en el camino se perdió una Flor"...[]..."La Flor de la Vida...la Flor del Amor"...[]...
Leído por ahí
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