El martes 7 de abril cumplí un año trabajando para Carrefour Mar del Plata. En realidad la fecha es un poco engañosa porque realmente no empece un 7 de abril sino una semana y días después. Esta fecha es la que aparece en mi recibo de sueldo. Hay dos fechas, cuando firme el contrato y el día que efectivamente comencé a reponer. No me acuerdo ninguna de las dos entonces me quedo con ese 7 de abril.
La historia de mi trabajo en Carrefour empieza un día de verano (creo que entre noviembre y diciembre) (quizás un domingo) donde aparecía un aviso clasificado en el diario La Capital de mi ciudad donde pedían Cajeros/Repositores de 18 a 25 años con o sin experiencia para importante cadena de supermercados. Como calificaba (a pesar de no saber absolutamente sobre reposición en mercado y le tengo miedo a la plata de otras personas) decidí mandar el CV por mail. No se si fue al día siguiente o la semana que me citaron en el edificio de Clarín, ahí en la Peatonal San Martín. Eramos tres chicos en total. Una chica (que llego tarde) nos explico las condiciones del trabajo, algo del sueldo y alguna boludez más que ya me olvide. Nos dio un papel con la dirección de Carrefour y el nombre de un jefe, Martín (mi actual y UNICO jefe) para que hablemos. Había que ir esa misma tarde.
Fui a Carrefour de Constitución y Ruta 2 cerca de la casa de mi mama con un montón de esperanza. Hace bastante que no trabajaba y volver a hacerlo en una empresa tan pero tan grande era motivo para inflar el pecho, cosa que he hecho en ciertas ocasiones y espero volver a hacerlo. Una eternidad primero para encontrar la puerta y para esperar a que se dignaran a atenderme. Me recibió Martín y Luis quienes me explicaron en lo que consistía el trabajo, nada tan importante que nadie puede hacer, el sueldo, las horas de trabajo y algunos aspectos del reglamento. Me preguntaron sobre mis pensamientos sobre la empresa y todo eso. Ni idea. Me dijeron que me iban a llamar. No mintieron. Solo que obviaron decirme cuando.
Pasaron los meses y nada de nada. No iba a esperar un trabajo fantasma así que seguí con mi búsqueda de mi independencia económica/financiera. Me llamaron para trabajar en un locutorio por dos meses. Claro que acepte de inmediato. Carrefour había muerto. No habrán pasado ni veinte días de mi gran trabajo en el locutorio que me llama Martín para decirme si podía ir a verlo a su oficina para iniciar la firma de papeles. Seguro de vida, ART, jubilación, contrato, reglamento solo fueron las primeras hojas de cientos donde estampe mi firme, documento y aclaración. Muy contento y triste me encontraba en ese momento. Por un lado un trabajo en una empresa gigante, posibilidad de crecimiento, gran sueldo, etc.; pero por el otro lado había inseguridad, miedo por un trabajo que nunca hice, riesgo por abandonar algo ciertamente bueno y conocido como lo era el locutorio. Pero los riesgos están para ser corridos. Sino, ¿donde esta la vida?
Después de firmar tantos y tantos papeles, al día siguiente, empezaba la facultad. No se porque me dijeron de hacerme los análisis el martes y no el lunes. Tengo en mi mente una gran laguna, como siempre. El registro oficial de la facultad dice que las cursadas empezaron un lunes 25 de marzo. Algo me salta en la mente que el lunes no hubo clases porque falto un profesor (RCL). En definitiva, falte mi primer día de cursada para hacerme todo tipo de chequeos médicos al estilo Dr. House. Electrocardiograma, análisis de orina y sangre y placas solo fue el comienzo de un día muy muy largo. Todo me había dado más que bien. Nunca me queje de mi salud. Nunca ninguna gran enfermedad afecto mi cuerpo.
A la semana (o a los pocos días) nos citaron para empezar efectivamente a trabajar. Nos juntaron a todos, eramos muchos. Algunos siguen hasta hoy, otros fueron despedidos y otros se quedaron en el camino. Nos explicaron las secciones, las divisiones, algo más del procedimiento de trabajo, la prolijidad, entre otros aspectos. Entramos al deposito, ese lugar frió y grande lleno de mercadería que no sabíamos que era, donde iba, que parecía desordenada. Ahora es un lugar cálido porque siempre hay alguien que te ayuda, que te pregunte como estas, que te joda, alguien para ayudar y para joder. El desorden es orden a nuestro modo, sabemos exactamente si esta puesto o no en la góndola, sabemos exactamente en que modulo y bandeja van los productos por más que no sea nuestra góndola. Un montón de cosas que se van aprendiendo con el tiempo. El nombre de cada uno de mis antes compañeros, ahora amigos para mi era un desafió, le tenia que mirar la tarjeta de identificación pero ahora ya les se el nombre, el apellido, su historia, su familia, sus problemas, etc.
Cuando hablamos con el encargado del deposito en ese momento, Emiliano, empezamos con las divisiones. Unos para bebidas, otros para PAS, otros para DPH, otros perfumería y otros para SECO. Viéndolo en retrospectiva, esa división nos marco para siempre. Todos sabemos hacer de todo en cualquier góndola, en cualquier sector pero cada uno tiene una "habilidad" especial, una predisposición diferente. Quede con los de SECO y me alegro que así haya sido. Empece donde estoy ahora. ¡Lo que son las vueltas de la vida! Antes mi góndola tenia lo que es repostería, algo de latas, dulce de leche y azúcar. Ahora tiene yerba, mate cocido, te, café y azúcar. Tampoco es el mismo lugar, una góndola más adelante (o atrás, según desde donde se la mire). Cuando arranque no tenia ni idea de la reposición de los productos, los cortes, el "frenteo", las zorras, los pales, los rag, devoluciones, roturas, etc., etc., etc. Ahora son palabras tan comunes y las siento como propias. Gracias a Marcelo ("Metra") quien fue una especie de padre (salvando todas las enormes distancias) porque me ha enseñado con paciencia y de manera perfecta todo lo relacionado con el trabajo. Me ha ayudado mucho entonces y aun uso algunos de sus conocimientos. Si hoy festejo un año trabajando, mucho se lo debo a el.
Mi año en Carrefour lo puedo dividir en varias etapas.
Entrenamiento: fueron las primeras semanas anteriormente contadas. Arranque junto con Marcelo en esa góndola y después me dejaron sólito, como perro malo. Algunas veces yo superaba al trabajo, terminando a tiempo con la góndola llena. Otras veces el trabajo me superaba a mi y necesitaba de ayuda de mis compañero.
Armado del 191: se trata del local que no abrió (¿y abrirá?) ubicado en Rivadavia y Córdoba. Nos encargamos absolutamente de todo. Hemos trabajado con los mismísimos obreros armando las góndolas desde cero. Después recibiendo los camiones de mercadería a alta horas de la noche para causar problemas en el trafico.
"Express": fueron muchas etapas cortadas donde mi lugar de trabajo dejo de ser el hiper y paso a ser el local ubicado en Catamarca y Moreno. Fueron muchas idas y vueltas. Una gran experiencia porque a pesar de que sea el mismo trabajo es completamente diferente el modo de hacerlo. Absolutamente todo es diferente, hasta el descanso.
"The Return": fue cuando se suspendió completamente la apertura del local nuevo de Carrefour y todos mis compañeros y yo reforzamos al filas del local 22. Algunos seguimos en SECO, DPH, PAS y bebidas pero otros fueron para carnicería, panadería y verduleria. Cuando llegue empece con Mayonesa y Sal, rotando con Mermeladas. Cuando vieron que trabajaba y era responsable, fui franquero. Todos los días una góndola nueva. De acá para allá. Lo bueno es que no hay muchas responsabilidades porque al día siguiente no iba a estar. También conocía todas las góndolas. Lo malo es que nunca aprendía lo suficiente de una y la inestabilidad algunas veces me molesto. Después me dieron mi primera góndola. Un terrible orgullo. Es casi casi como tener una novia o un hijo. Hay que ser responsable, trabajarla todos los días, nunca dejarla de lado, cuidarla de otros repositores (y los desastres que hacen), que este limpia, ordenada y llena. Dure bastante pero me supero la situación. No hubo una razón especifica para justificar mi ida de esa góndola sino un conjuntos de cosas que pasaron. Me dieron otra góndola. La que estoy ahora. No es tan complicada como fideos ni tan simple como Mayonesa y Sal. Le he tomado el tiempo a la reposición, se la cantidad de mercadería que tengo que llevar, se donde va la mercadería, los precios, etc. Todo. Una nueva responsabilidad. Cuando uno esta muy bien asentado en una góndola, los compañeros en vez de decir, "este producto x va en la góndola de yerba", dice, "este producto x va en la góndola de Benoffi". Algunos me lo dicen. Cada repositor esta asociado a una góndola. Es muy difícil destruir esa relación. Cuando quiero saber algo de latas voy al repositor de latas. No le pregunto a otro repositor por más que sepa o al encargado.
Han pasado muchos jefes, muchos amigos que se fueron, otros que están en Cajas, otros siguen firme como ese primer día y otros estamos ahí. Estamos luchando cada día contra los clientes que tantos dolores de cabeza nos dan, luchando contra la suciedad, la desprolijidad, el desorden, el vació de las chapas, entre otras cosas. Todos los días son iguales pero completamente diferentes. Como decía una vez. La dualidad de las cosas. El Amor y el Odio. Lo Bueno y lo Malo.
Hay millones de anécdotas para contar, para divertirse, para llorar y para pensar. He pasado un año entero, todos los días, seis u ocho horas con el mismo grupo de personas. Hubo peleas, hubo amor. Hay pelas, hay amor. Lo que hace grande a una empresa no es su facturación, su penetración en el mercado, su cartera de proveedores, clientes, su imagen en el mundo, su cantidad de locales, su cantidad de empleados. Nada de eso. Lo que hace grande a Carrefour o a cualquier otra empresa son las personas que cada día hacen su trabajo de manera honesta, responsable y solidaria. Desde el chico que limpia toda el azúcar que tiro hasta el que decide si contratan más gente. Hay un sin numero de funciones, cargos, responsabilidades. Cada uno importante y esencial a su manera. Hay una sola manera de determinar si un grupo esta unido. Si cuando salimos a las 11 de la noche y nos sacamos esa remera transpirada de color azul, ese pantalón sucio de color gris y eso zapatos protectores de color negro; vamos a tomar algo, vamos a jugar algún picadito, vamos a tomar unos mates, vamos a arreglar computadoras, vamos a ver un concierto de una banda amiga. Si hacemos todo eso después de trabajar, es que somos amigos. Y de los buenos.
