Me he sumado a una genial iniciativa:
Tren para todos:
* Desarrollaría una velocidad de 120 km por hora (tres veces el promedio de velocidad actual).
* Una inversión de 3.100 millones de dólares. Casi 1.900 millones de dólares menos que para el tren bala. (*)
* Proyectando 18.000 km de vías reconstruídas a nuevo: 7.000 km de vías para trenes de pasajeros y de carga y 11.000 más sólo para trenes de carga. Unas 300 locomotoras, 900 coches de pasajeros y 15.000 vagones para carga.
* Los pasajes costarían varias veces menos de lo que cuesta actualmente un pasaje en micro.
* Llegaría a todas las zonas del país (Noroeste, Noreste, Cuyo, Centro y Patagonia), a todas las grandes ciudades, y a cientos de pueblos que volverían a conectarse con las grandes ciudades, bajando costos de transporte y reactivando las economías regionales.
* El "tren de todos", utilizaría tecnología nacional y del Mercosur al alcance de las capacidades de nuestro país.
* El proyecto reimpulsa la industria ferroviaria nacional con la construcción de vagones, el ensamble de locomotoras y la producción de repuestos, generando trabajo.
* El Banco Central tiene reservas por 50.000 millones de dólares, es decir que se puede hacer sin aumentar ni un centavo la deuda externa.
Proyecto Sur, tiene estudiado el proceso de recuperación de los cinco principales ramales ferroviarios para cargas y pasajeros, que totalizan unos 7.000 Km. de vías férreas de corredores troncales y acondicionar otros 11.000 para que nos permita tener unidas nuestras principales economías regionales.
Con los millones de litros de combustibles no dilapidados, la dinámica generada en nuestras economías regionales y sus consecuentes aportes tributarios, los ahorros provenientes del menor costo de las tarifas de fletes, de los seguros de vida con la reducción de la siniestralidad vial, de los costos de reparación de rutas, autopistas y calles urbanas rotas por pesadas unidades de transporte automotor, se pueden recuperar miles de kilómetros de servicios ferroviarios de primer nivel.
Hablar de primer nivel es disponer de coches de pasajeros cómodos, confortables y que a velocidades de 120/130 km. por hora, satisfagan las necesidades de la población con mucho menos costo de pasaje que el de un propuesto “tren bala” de indefinidos montos de inversiones.
El mercado inicial, contempla la recuperación de la demanda de los niveles de 1989 estimado en unos 12 millones de pasajeros viaje a distancias medias de alrededor de 500 Km., esto daría un transporte mínimo de 6.000 millones de pasajeros kilómetro por año, siendo estos niveles fácilmente superables por cuanto se mide ese año en el que se desalentaba el uso del ferrocarril y no sería aventurado predecir un futuro del doble de esa estimación.
Este transporte obliga a despachar 23.791 trenes de 10 coches de pasajeros y 380.952 ómnibus por año, que concentrados en 220 días y 12 horas diarias representan un despacho de 142 ómnibus por hora a las rutas del país. Imaginemos ese flujo potenciado en los tiempos de vacaciones y en las rutas con destinos turísticos, avalando lo que decimos de la reducción de la siniestralidad a partir del transporte ferroviario.
Un tren de pasajeros con 10 coches, 3 furgones y una locomotora de 1300 HP con capacidad para transportar 512 personas, demandaría un equivalente a 16 ómnibus, con motores de 260 HP para igual cometido de transporte aplicando 3,2 veces más de potencia, por lógica con mayor consumo de combustibles.
Más potencia es más consumo, más consumo es más combustibles líquidos, más polución ambiental y muchas más vidas perdidas.
Tren para todos:
* Desarrollaría una velocidad de 120 km por hora (tres veces el promedio de velocidad actual).
* Una inversión de 3.100 millones de dólares. Casi 1.900 millones de dólares menos que para el tren bala. (*)
* Proyectando 18.000 km de vías reconstruídas a nuevo: 7.000 km de vías para trenes de pasajeros y de carga y 11.000 más sólo para trenes de carga. Unas 300 locomotoras, 900 coches de pasajeros y 15.000 vagones para carga.
* Los pasajes costarían varias veces menos de lo que cuesta actualmente un pasaje en micro.
* Llegaría a todas las zonas del país (Noroeste, Noreste, Cuyo, Centro y Patagonia), a todas las grandes ciudades, y a cientos de pueblos que volverían a conectarse con las grandes ciudades, bajando costos de transporte y reactivando las economías regionales.
* El "tren de todos", utilizaría tecnología nacional y del Mercosur al alcance de las capacidades de nuestro país.
* El proyecto reimpulsa la industria ferroviaria nacional con la construcción de vagones, el ensamble de locomotoras y la producción de repuestos, generando trabajo.
* El Banco Central tiene reservas por 50.000 millones de dólares, es decir que se puede hacer sin aumentar ni un centavo la deuda externa.
Proyecto Sur, tiene estudiado el proceso de recuperación de los cinco principales ramales ferroviarios para cargas y pasajeros, que totalizan unos 7.000 Km. de vías férreas de corredores troncales y acondicionar otros 11.000 para que nos permita tener unidas nuestras principales economías regionales.
Con los millones de litros de combustibles no dilapidados, la dinámica generada en nuestras economías regionales y sus consecuentes aportes tributarios, los ahorros provenientes del menor costo de las tarifas de fletes, de los seguros de vida con la reducción de la siniestralidad vial, de los costos de reparación de rutas, autopistas y calles urbanas rotas por pesadas unidades de transporte automotor, se pueden recuperar miles de kilómetros de servicios ferroviarios de primer nivel.
Hablar de primer nivel es disponer de coches de pasajeros cómodos, confortables y que a velocidades de 120/130 km. por hora, satisfagan las necesidades de la población con mucho menos costo de pasaje que el de un propuesto “tren bala” de indefinidos montos de inversiones.
El mercado inicial, contempla la recuperación de la demanda de los niveles de 1989 estimado en unos 12 millones de pasajeros viaje a distancias medias de alrededor de 500 Km., esto daría un transporte mínimo de 6.000 millones de pasajeros kilómetro por año, siendo estos niveles fácilmente superables por cuanto se mide ese año en el que se desalentaba el uso del ferrocarril y no sería aventurado predecir un futuro del doble de esa estimación.
Este transporte obliga a despachar 23.791 trenes de 10 coches de pasajeros y 380.952 ómnibus por año, que concentrados en 220 días y 12 horas diarias representan un despacho de 142 ómnibus por hora a las rutas del país. Imaginemos ese flujo potenciado en los tiempos de vacaciones y en las rutas con destinos turísticos, avalando lo que decimos de la reducción de la siniestralidad a partir del transporte ferroviario.
Un tren de pasajeros con 10 coches, 3 furgones y una locomotora de 1300 HP con capacidad para transportar 512 personas, demandaría un equivalente a 16 ómnibus, con motores de 260 HP para igual cometido de transporte aplicando 3,2 veces más de potencia, por lógica con mayor consumo de combustibles.
Más potencia es más consumo, más consumo es más combustibles líquidos, más polución ambiental y muchas más vidas perdidas.
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